‘Las rosas se preguntaban:
¿no podríamos nosotras, las mujeres, empezar a hacer una política cara a cara, abierta,
Donde no haya manipuladores ni manipuladas?
¿Y en donde, después de tantos siglos,
Ningún oprimido, ningún dirigente de oprimidos se arrogue,
En virtud de ningún futuro común
El derecho de utilizar a otras para abrir los espacios
En donde poner los espermios de su propia verdad?
El viaje de las rosas, representación teatral Círculo de Estudio de la Mujer, octubre 1980
¿Cómo avanzar hacia una gobernanza feminista?
Cuando hablamos de reestructurar las gobernanzas territoriales a través de la vinculación directa con actores sociales, las asociaciones feministas locales se transforman en las portavoces de los derechos de las mujeres de sus territorios respectivos, se trata de un lugar de convergencia de narrativas, identidades y memorias que van hilando cierto sentido de pertenencia y proximidad en la comuna.
Generar espacios de debate públicos, independientes y autónomos liderados por mujeres sobre su propia condición es una deuda histórica, que ha reproducido la idea de que los problemas que las mujeres y minorías enfrentan día a día responden a situaciones particulares e individuales cuando, la realidad, es que responden a un sistema de relaciones culturales donde, cada aspecto y faceta de nuestras vidas como mujeres y/o minorías constituyen también problemas políticos insertos en marcos socioculturales determinados; pareciera no ser suficiente que las nuevas estructuras locales se guíen a través de mecanismos de participación de la sociedad civil en materias económicas, sociales y medio ambientales, comprometiéndose además en aplicar enfoques de género en sus políticas y programas, la deuda continúa, y más importante aún, la desconfianza de las instituciones y partidos políticos va en aumento, no, no es suficiente aquel compromiso, ya en 1980 se discutía en el Círculo de Estudio de la Mujer si acaso: ¿no podríamos nosotras, las mujeres, empezar a hacer una política cara a cara, abierta, donde no haya manipuladores ni manipuladas?, no basta con abrir espacio de diálogo, o proponer modelos de trabajo con perspectiva de género, es necesario, ser nosotras, quienes se encarguen de construir una política cara a cara, desde un claro posicionamiento feminista, un espacio donde se puedan tejer vínculos reales, empáticos y transversales, que escapen de las estructuras patriarcales que ya conocemos, un espacio donde estén las madres, abuelas, hijas, hermanas, artistas, creadoras, trabajadoras, educadoras, todas quienes íbamos a ser reinas.
Entonces la pregunta es ¿Cómo avanzar hacia una política del feminismo, como dar voz y fuerza a aquellas historias cotidianas que representan el ser mujer, el ser minoría en Chile?, personalmente me pregunto ¿Cómo confiar que seré escuchada en un proyecto político y local, cuando, durante toda mi vida viviendo en villa alemana nunca tuve voz?
La rebeldía consciente de los movimientos feministas, es necesaria, hoy más que nunca, en todo proyecto político que se busque concretar, precisamente por la necesidad de hacer las cosas de otra forma, y resignificar la idea tras el gobernar, ‘la revolución en la vida cotidiana sería la extrema precisión en el tiempo y en el espacio de un cambio social real para la sociedad en su conjunto’, afirmaba la Socióloga y activista feminista Julieta Kirkwood (1936-1985), y es precisamente aquella revolución de la vida cotidiana lo que necesita la comuna de Villa Alemana, sentir y pensar nuestro territorio desde una mirada feminista: desde la planificación urbana de ésta, hasta las prácticas productivas sostenibles y sustentables con nuestro entorno, el respeto y revalorización de nuestros paisajes naturales, el cuidado de nuestras infancias y adultos mayores, el reconocimiento e integración de los otros; son justamente aquellos múltiples pasos que debemos dar para construir una nueva política para la comuna y sus habitantes, pasos para iniciar una revolución en nuestro diario vivir.
Desde mi mirada personal ‘La Villa Alemana que Queremos’ se presenta desde un trabajo colectivo e independiente como la opción para construir espacios de gobernanza con un fuerte posicionamiento feminista, democráticos y por, sobre todo, críticos respecto al modelo político actual. Cada voz, cada rostro y cada historia pareciera tener cabida en los diálogos que día a día se van entrelazando a través de los trabajos e instancias que el colectivo ha ido gestando, la promesa de un proyecto abierto y transparente a su comunidad se transforma en una herramienta para instalar una agenda de igualdad y empoderar a la ciudadanía y sobre todo, a las mujeres de la comuna de Villa Alemana, para exigir nuevas maneras de gobernar que las integre en los distintos espacios de decisión, potenciar una agenda de trabajo con perspectiva feminista requiere la comprensión de la idea de gobernanza más allá de los modelos políticos tradicionales, significa precisamente avanzar con real voluntad en la coordinación de todos los niveles de gobernabilidad y su funcionamiento para la participación, vinculación y protección de manera igualitaria de quienes habitan nuestra comuna; el desafío de construir una alcaldía ciudadana y feminista, no solo radica en tomar distancia de los marcos de gobernanzas regionales que conocemos, sino que implica aventurarse en un camino de prácticas de trabajo comunitarias que aseguren el espacio de participación autónoma, transversal y real de quienes queremos algo mejor para nuestra ciudad.
Karimme Gabriela Morales Aguirre
Socióloga y poeta feminista, Máster en Arte mención Patrimonio.