Trabajo remoto, excepcional y obligatorio

La crisis sanitaria  ha tenido un profundo impacto en el sistema escolar. La escuela y sus actores han tenido que asumir un escenario inédito: clases virtuales y  sistemas híbridos en contexto de emergencia sanitaria se han instalado en todas las comunidades educativas. Este contexto se ha caracterizado por el agobio, la vulneración de los derechos de las y los estudiantes, asistentes de la educación y profesores, las decisiones autoritarias y el sinsentido pedagógico.

Dentro de las situaciones más complejas y graves que se han instalado y normalizado en este contexto pandémico en el sector educación, se encuentran el que nuestros estudiantes  no tienen garantizado el derecho participar de sus clases porque no tienen acceso a internet o no tienen un computador o celular adecuado para este fin,  jornadas de trabajo frente a la pantalla equivalentes al tiempo de una jornada presencial en aula, es decir, profesores y estudiantes están todos los días más de 8 horas en promedio frente a las pantallas,  clases principalmente expositivas, debido a que no se pueden utilizar muchos recursos pedagógico y didácticos diversos, por ejemplo, imposibilidad de desarrollar talleres con herramientas materiales en liceos técnico profesionales y los más increíble y sin sentido es que la solución frente a la falta de computadores e internet para estudiantes  sigue siendo enviar “guías” para la casa.

La lista se puede alargar aún más, debemos tener en cuenta que la ley de teletrabajo no es aplicable al contexto educativo en contexto normal, y menos aún en medio de una pandemia.

Debemos hacer frente a estas situaciones que estamos naturalizando y normalizando, poner un freno y cambiar la forma y sentido.

Frente a la precarización de nuestras condiciones laborales y el agobio que ello supone se vuelve fundamental asumir la necesidad de exigir no sólo lo que corresponde, sino también avanzar en  mejoras laborales, a partir de la articulación con otras y otros trabajadores de la educación.

Resulta increíble cómo profes siguen con el ánimo en alto, tratando de apoyar incondicionalmente a sus estudiantes y sus familias, realizando colectas entre colegas para pagar de su propio bolsillo una cuenta de zoom, organizando campañas para reutilizar aparatos tecnológicos, ollas comunes para apoyar a sus comunidades.

Este viernes 30 de abril y como previa al 01 de mayo el Colegio de Profesores y distintas organizaciones sociales hacemos un llamado a esta jornada de movilización de #PantallasApagadas: por el cuidado, la dignidad y el resguardo de los derechos humanos en nuestras escuelas. Porque necesitamos con urgencia medidas efectivas, a más de un año de pandemia, para procurar el bienestar de nuestras comunidades educativas.

Por : Lilia Ayala Rojas, profesora

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